Cortando la mecha de madera de una vela de soja MŌMA para su cuidado

El ritual de la primera vez: Cómo cuidar tus velas de soja para que duren el doble

Encender una vela parece el acto más sencillo del mundo: acercas una cerilla y listo. Sin embargo, en el universo de la decoración slow living y la cerería artesanal, existe un arte oculto para conseguir que esa luz dure más tiempo y queme de forma limpia.

En MŌMA creemos que una vela no es solo un objeto, es una pausa. Por eso, hoy compartimos contigo los secretos de taller para sacar el máximo partido a tus velas de soja.

1. La "Memoria de la Cera": El secreto del primer encendido

¿Alguna vez has notado que tu vela se consume solo por el centro, dejando paredes de cera dura a los lados? A esto lo llamamos el "efecto túnel" y es el enemigo número uno de la estética.

El truco de experta: la primera vez que enciendas tu vela (ya sea de nuestra colección Essentials o una pieza escultural como The Reindeer), debes dejarla encendida hasta que toda la superficie superior se haya derretido y sea líquida.

La cera de soja tiene "memoria". Si la apagas antes de que el calor llegue a los bordes, la próxima vez que la enciendas, recordará ese límite y nunca volverá a quemar más allá de ese anillo. ¡Paciencia! Ese primer quemado es la base de su vida útil.

2. Cortar la mecha: La manicura de tu vela

El hollín negro o una llama que "baila" demasiado no son culpa de la cera, sino de una mecha demasiado larga. Antes de cada encendido (sí, cada vez), recorta la mecha a unos 3-5 milímetros.

Esto asegura una quemada limpia, sin humo negro que manche el vaso o estropee la pureza visual de nuestras velas esculturales blancas. Es un pequeño gesto que mantiene la elegancia del producto intacta.

3. ¿Por qué elegimos Cera de Soja y no Parafina?

No es solo una cuestión de tendencia, es salud. La mayoría de velas comerciales usan parafina (un derivado del petróleo). En MŌMA apostamos por la cera de soja 100% vegetal por tres razones que tu hogar agradecerá:

  • Quema más lento: duran hasta un 50% más que las velas convencionales.
  • Aroma real: al tener un punto de fusión bajo, liberan los aceites esenciales de forma más suave y envolvente.
  • Sin tóxicos: es biodegradable y no emite hollín tóxico al ambiente.

El toque final: Decorar con MŌMA

Una vela apagada es una escultura; una vela encendida es una emoción. Te invitamos a colocar tus piezas sobre una bandeja de cerámica o madera para proteger tus muebles y elevar el look de tu mesa de centro.

¿Lista para empezar tu ritual? Descubre nuestra última colección y pon en práctica estos consejos.

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